Steve Hart nació en 1870 en Nueva Zelanda y fue uno de los más destacados miembros de la pandilla australiana de los Bushrangers. Se unió a la pandilla de Ned Kelly cuando tenía solo 16 años y se volvió famoso por sus habilidades como pistolero y jinete. Participó en varios robos y tiroteos con la policía y su fama como criminal se extendió rápidamente. Hart fue uno de los miembros clave de la pandilla de Kelly durante su última batalla en Glenrowan. Estuvo involucrado en la creación de las armas de hierro y armaduras que la pandilla planeaba usar en la batalla final. Después de que la pandilla fue derrotada en Glenrowan, Hart logró escapar pero fue finalmente capturado. Fue condenado a cadena perpetua y enviado a la prisión de Pentridge. En la prisión, Hart se volvió muy religioso y pasó gran parte de su tiempo leyendo la Biblia y enseñando a otros reclusos sobre religión y caridad. Se convirtió en un hombre muy respetado dentro de la prisión. Sin embargo, también sufrió de tuberculosis y murió en prisión en 1895 a la edad de solo 25 años. A pesar de su reputación como un criminal peligroso, Hart es recordado por muchos como un hombre valiente y leal que defendió lo que consideraba justo. Su papel en la pandilla de Kelly y su muerte prematura lo convierten en uno de los personajes más icónicos de la historia criminal de Australia.