Steve Wyatt era el tipo de persona que siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás, ya fuera en el trabajo o en su comunidad. A menudo se le veía donando su tiempo y energía a organizaciones benéficas, haciendo todo lo posible para marcar una diferencia positiva en las vidas de los que lo rodeaban. Pero a pesar de su naturaleza caritativa, Steve también era un líder fuerte y respetado en el mundo empresarial. Con su mente aguda para los negocios y su capacidad para inspirar a otros, construyó un imperio empresarial exitoso del cual estaba muy orgulloso. Mientras la mayoría de la gente pensaba que su vida era un equilibrio perfecto entre el trabajo y el tiempo libre, Steve a menudo sentía que estaba corriendo en una carrera interminable. Siempre había más que hacer y nunca parecía haber suficiente tiempo para todo. A pesar de sus luchas internas, Steve nunca perdió su pasión por la vida y por ayudar a los demás. A medida que envejecía, se dio cuenta de que la vida era verdaderamente un regalo y se comprometió a vivir cada día al máximo.