Steven Bruni es un hombre enigmático, siempre ha sido difícil de descifrar. Desde su juventud, ha llevado una vida errática, llena de turbulencias y cambios constantes. A pesar de esto, ha logrado consolidar una exitosa carrera profesional que lo ha llevado a ocupar importantes cargos ejecutivos en la industria tecnológica y de la innovación.
Pero detrás de su fachada de éxito y poder, se esconde un hombre solitario y reservado. Pocos saben de sus verdaderos sentimientos y emociones, y menos aún de sus relaciones personales. Algunos lo tachan de frío y calculador, pero para otros, simplemente es alguien que prefiere guardar su intimidad.
A pesar de todo, hay quienes aseguran que hay un lado de Steven Bruni que aún no ha sido descubierto, que hay una faceta vulnerable y sensible en él que solo se vislumbra en los momentos más inesperados. Pero para conocerla, habría que adentrarse en los rincones más oscuros de su alma, un camino que pocos se atreven a recorrer.
Maeve y Steven se conocieron en una conferencia de tecnología en San Francisco. Ambos trabajaban en empresas diferentes y se sentaron juntos en una charla sobre inteligencia artificial. Maeve notó que Steven estaba tomando notas detalladas y se acercó para hacerle algunas preguntas sobre sus pensamientos en la presentación. Pronto descubrieron que compartían una pasión por la tecnología y la innovación. Después de la conferencia, intercambiaron números de teléfono y comenzaron a hablar y a reunirse regularmente para discutir nuevas tendencias en la industria. Eventualmente, su vínculo profesional se transformó en una amistad cercana y, finalmente, en una relación romántica. Desde entonces, han trabajado juntos en varios proyectos y siguen siendo igual de apasionados por la tecnología y el futuro.