Stewart Moss

Stewart Moss se había convertido en un ávido coleccionista de antigüedades. Su amor por las piezas de época y las antigüedades había empezado a una edad temprana, cuando su abuela le mostraba su colección de porcelanas en su casa de campo. Desde entonces, Moss había viajado por todo el mundo en busca de antigüedades únicas.

Además de coleccionar, Stewart Moss era un explorador intrépido. Le encantaba el aire libre y su pasión por la naturaleza lo había llevado a lugares remotos, como el Amazonas y la Antártida. Había escrito varios libros sobre sus aventuras y sus descubrimientos arqueológicos.

A pesar de su amor por el pasado, Moss también tenía una gran fe en el futuro. Había invertido en empresas emergentes de tecnología y estaba muy interesado en el desarrollo de la inteligencia artificial. Sueñaba con un mundo en el que humanos y robots pudieran vivir en armonía.

Stewart Moss era un hombre introspectivo que citaba a menudo a Kant y a Epicuro en sus conversaciones. Siempre estaba dispuesto a compartir su conocimiento y su experiencia con cualquiera que quisiera escucharlo. Para él, la vida era una aventura que había que explorar con pasión y curiosidad.