Sydney Guilaroff nació en 1907 en el seno de una familia judía en Nueva York. Comenzó su carrera como peluquero en su adolescencia y, a lo largo de los años, se convirtió en uno de los peluqueros más conocidos de la industria del cine.
A lo largo de su carrera, Guilaroff trabajó en más de 300 películas y también fue responsable del peinado de algunas de las estrellas más icónicas de Hollywood, como Marilyn Monroe, Marlene Dietrich y Elizabeth Taylor.
Guilaroff también fue un pionero en su campo, siendo el primer peluquero en recibir un contrato exclusivo de un estudio de cine. Además, fue el primer peluquero en recibir una nominación al Oscar por su trabajo en la película "La rosa tatuada".
Después de más de seis décadas en la industria del cine, Guilaroff se retiró en 1993 y falleció en 1997 a los 90 años. A lo largo de su vida, dejó una marca indeleble en la historia del cine y en la cultura popular en general.
Ava Gardner y Sydney Guilaroff mantuvieron una relación profesional como actriz y estilista/cabello y maquillaje durante muchos años. Guilaroff peinó el cabello de Gardner para muchas de sus películas icónicas, incluyendo "Mogambo" y "The Barefoot Contessa". También trabajó en los peinados de muchas otras actrices famosas en Hollywood como Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor.
Guilaroff se convirtió en un amigo cercano de Gardner y se quedó a su lado durante la mayor parte de su vida. Incluso después de que Gardner se retirara de la industria cinematográfica, Guilaroff todavía se mantenía en contacto y visitaba a su amiga en su casa en Londres.
En su autobiografía "The Private Confessions of a Hollywood Hairstylist", Guilaroff habla sobre su relación con Gardner y la describe como una persona cariñosa y encantadora. También menciona que Gardner a menudo confiaba en él para que la ayudara a pasar por momentos difíciles de su vida personal.
En resumen, Ava Gardner y Sydney Guilaroff tuvieron una relación profesional y personal estrecha que duró muchos años. Guilaroff trabajó en los peinados de Gardner en sus películas más famosas y se mantuvo en contacto con ella hasta el final de su vida.
Margaret Hayes y Sydney Guilaroff tuvieron una relación laboral muy estrecha durante muchos años en Hollywood. Hayes era una actriz y Guilaroff un famoso peluquero de la época dorada del cine.
Guilaroff fue contratado por la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) en la década de 1930 para diseñar peinados para las estrellas de cine. Hayes estaba bajo contrato con MGM y fue una de sus actrices más populares durante esta época.
Guilaroff trabajó en varias películas que incluyeron a Hayes, incluyendo “The Sullivans” de 1944 y “Lost Angel” de 1943. Fue conocido por su técnica de moldeado y esculpido en caliente, que fue muy popular entre las estrellas de cine de la época.
La relación entre Hayes y Guilaroff se extendió más allá del set de filmación, y se decía que eran amigos cercanos en la vida real. Guilaroff incluso le hizo los peinados para su boda con el escritor Herbert Sargent en 1956.
Después de la década de 1950, Hayes y Guilaroff siguieron trabajando en la industria del entretenimiento, pero no volvieron a trabajar juntos en ninguna película. Sin embargo, su relación laboral y amistad duró muchos años y dejó una huella duradera en la historia del cine de Hollywood.
Greta Garbo fue una de las actrices más grandes y emblemáticas del siglo XX, y Sydney Guilaroff fue un maestro peluquero que trabajó con muchas celebridades, incluida Garbo. Los dos se conocieron en la década de 1930 y comenzaron a trabajar juntos en la creación de peinados icónicos que se convirtieron en parte de la imagen de la actriz.
Guilaroff se hizo famoso por su habilidad en la creación de peinados innovadores y originales, y su trabajo con Garbo fue un ejemplo de su talento. Juntos, crearon una serie de peinados que se convirtieron en emblemáticos de la era dorada de Hollywood, incluido el famoso "garbo look" que se convirtió en un sello distintivo de la imagen de la actriz.
A pesar de su éxito en el mundo del espectáculo, Garbo era una figura muy privada y reservada, y su relación con Guilaroff se mantuvo en gran medida en secreto. Sin embargo, su trabajo juntos fue comentado por muchas personas y los dos se convirtieron en buenos amigos y colaboradores cercanos a lo largo de los años.
Guilaroff trabajó en muchas otras películas y proyectos de cine, pero su trabajo con Garbo siempre fue considerado como uno de sus mayores logros. La actriz murió en 1990, pero su legado y su lugar en la historia del cine se han mantenido firmes hasta el día de hoy.