Tanaquil Le Clercq nació en París en 1929 y creció en Nueva York. Comenzó a estudiar ballet a una edad temprana y se convirtió en una de las principales bailarinas de la compañía de ballet de George Balanchine en la década de 1950. Balanchine también se convirtió en su esposo en 1952.
Le Clercq fue conocida por su destreza técnica y su talento interpretativo, y ha sido descrita como una de las más grandes bailarinas del siglo XX. Sin embargo, a la edad de 27 años, contrajo la poliomielitis y quedó paralizada de cintura para abajo. A pesar de esto, continuó trabajando en el mundo del ballet y enseñando, y fue una inspiración para muchos.
La vida y carrera de Le Clercq han sido objeto de documentales y libros, incluyendo la biografía "Tanaquil Le Clercq: una historia de gracia, valentía y devastación" de Joel Lobenthal. Falleció en 2000 a los 71 años de edad.
Jerome Robbins y Tanaquil Le Clerq tuvieron una relación muy marcada tanto profesional como personalmente. Robbins fue un coreógrafo y director de ballet en el New York City Ballet, mientras que Le Clerq fue una bailarina principal en compañía desde los años 40 hasta que contrajo poliomielitis en 1956.
Robbins y Le Clerq comenzaron a trabajar juntos en 1949, cuando Robbins estaba creando su ballet "The Cage". A partir de ahí, colaboraron en varias producciones, incluyendo "Afternoon of a Faun" y "Dances at a Gathering".
Además de trabajar juntos, Robbins y Le Clerq también fueron compañeros de vida, y su relación fue muy intensa. Se dice que Robbins estaba obsesionado con Le Clerq, y le propuso matrimonio en varias ocasiones, aunque ella siempre lo rechazó.
Desafortunadamente, la carrera de Le Clerq se vió truncada por la polio que contrajo durante una gira en Europa, lo que la dejó paralizada. A pesar de ello, Robbins siguió estando a su lado y trabajando con ella en su rehabilitación. Sin embargo, la relación entre ambos comenzó a deteriorarse, y finalmente se separaron en 1960.
A pesar de su tumultuosa relación, Robbins y Le Clerq fueron dos figuras icónicas en la historia del ballet, y su legado sigue siendo recordado y honrado en la actualidad.
George Balanchine y Tanaquil Le Clerq tuvieron una relación personal y profesional muy importante en el mundo de la danza.
Balanchine fue el fundador y director artístico del Ballet de Nueva York (New York City Ballet) y Le Clerq fue una de las más grandes bailarinas de la compañía durante los años 1940 y 1950.
La relación de Balanchine y Le Clerq comenzó en el escenario, ya que Balanchine fue el coreógrafo de muchas de las obras en las que ella participó. Sin embargo, la relación se intensificó fuera del escenario y se convirtieron en pareja.
En 1956, la vida de Le Clerq cambió radicalmente cuando contrajo poliomielitis durante una gira en Dinamarca. A pesar de que la enfermedad la dejó paralizada, Balanchine se mantuvo a su lado y se convirtió en su principal cuidador y apoyo emocional.
A pesar de que Le Clerq nunca volvió a bailar debido a su enfermedad, Balanchine siempre la mantuvo en su corazón y siguió visitándola y cuidándola durante el resto de su vida.
La historia de Balanchine y Le Clerq se ha convertido en un importante símbolo de amor y dedicación en el mundo de la danza, y su legado sigue vivo en la obra de Balanchine y en la memoria de aquellos que los conocieron.