Thierry Bordelais era un hombre muy reservado, pero los pocos que lograban conocerlo se daban cuenta de su carisma y simpatía. Hijo de un reconocido empresario, Thierry siguió los pasos de su padre en el mundo de los negocios, pero siempre con un toque innovador y arriesgado. A pesar de su éxito profesional, Thierry nunca abandonó su pasión por el arte, y era un conocedor de la pintura y la música clásica, lo que lo llevó a invertir en proyectos culturales y a ser un gran mecenas. En su tiempo libre solía viajar por el mundo, buscando conocer nuevas culturas y ampliar su horizonte. Siempre mantuvo una vida discreta y equilibrada, manteniendo en privado su vida sentimental. Thierry era un hombre soñador pero a la vez práctico, lo que lo convirtió en un referente para quienes buscaban equilibrar ambas facetas de la vida.
Karla Homolka y Thierry Bordelais tuvieron una relación sentimental durante algunos años mientras ella se encontraba en prisión. Bordelais se convirtió en un defensor público de Homolka, quien había sido condenada por su participación en la violación y asesinato de tres adolescentes, incluyendo su propia hermana en la década de 1990.
En 2001, Homolka fue liberada de prisión después de cumplir su condena y se mudó a Montreal, donde vivía Bordelais. Se casaron en 2007 en una ceremonia privada, pero su matrimonio era inestable y se separaron en 2013.
Tras la separación, Bordelais habló públicamente sobre su relación con Homolka y defendió su inocencia en los crímenes que había cometido anteriormente. Esta postura provocó críticas de los familiares de las víctimas de Homolka, así como de otras personas que argumentaban que ella era una asesina despiadada que no merecía ninguna simpatía.
En la actualidad, se sabe poco acerca de la relación actual entre Karla Homolka y Thierry Bordelais.