Tom Cory había sido un hombre muy afortunado en la vida. Había logrado construir su carrera desde cero, y gracias a su dedicación y esfuerzo, ahora era dueño de una empresa próspera y exitosa. A pesar de que había tenido que trabajar incansablemente para llegar donde estaba, siempre se había asegurado de equilibrar su vida laboral con su vida personal. Era un apasionado del deporte y de la música, y siempre encontraba tiempo para practicar sus pasatiempos favoritos. Pero su vida no era perfecta. Tom se había divorciado hace unos años, y su relación con sus hijos estaba lejos de ser ideal. A pesar de que intentaba estar presente en sus vidas lo máximo posible, las dificultades y las tensiones en su relación eran evidentes. Afortunadamente, Tom siempre había sido un hombre optimista y perseverante, y estaba decidido a continuar trabajando en sus problemas personales mientras seguía construyendo su carrera de éxito.