Tom Waldman era un hombre soltero que vivía en una pequeña casa en el campo. Durante los últimos años su vida había dado un giro radical y se había dedicado a viajar por todo el mundo, y ahora tenía una colección de fotos en su casa que representaban las diferentes culturas que había experimentado en el extranjero. Era fanático del senderismo y había recorrido muchos de los senderos más peligrosos del mundo.
Tom también era un ávido coleccionista de arte y tenía una pequeña galería en su casa donde a menudo invitaba a sus amigos para presentar nuevas exposiciones.
A Tom le encantaba cocinar y cada domingo invitaba a su familia y amigos para una cena. Era su forma de continuar manteniendo las relaciones con las personas más importantes de su vida.
Además, era un apasionado lector y dedicaba muchas horas a analizar y reflexionar sobre libros de filosofía y ciencia. Trabajaba desde casa como escritor independiente y, aunque no ganaba mucho dinero, se sentía satisfecho de tener el control de su vida.
En general, Tom se sentía muy satisfecho de su vida aunque a veces sentía que la soledad que había elegido para su vida tenía un precio, pero sabía que nunca cambiaría nada de lo que su vida era hoy en día.
Fay-McKenzie y Tom Waldman se conocieron inesperadamente en una cafetería de la ciudad. Fay se encontraba en la mesa leyendo un libro cuando Tom se acercó a pedir un café. Al mirar la portada del libro, se dio cuenta de que compartían la misma pasión por la literatura. Comenzaron a hablar y descubrieron que también tenían en común el amor por los viajes y la música clásica.
Después de esa primera conversación en la cafetería, se convirtieron en amigos inseparables. Empezaron a salir juntos a museos, conciertos y a caminar por la ciudad. Sus amigos en común los veían como una pareja perfecta, pero ellos solo eran amigos.
Un día, mientras disfrutaban de una tarde en el parque, Fay le confesó a Tom que estaba enamorada de él desde que se conocieron. Tom se sorprendió, pero también se dio cuenta de que sentía lo mismo. Entonces, se besaron bajo los árboles del parque y desde ese día se convirtieron en pareja. Ahora, años después, todavía disfrutan de la literatura, los viajes y la música clásica juntos, pero también celebran su amor por el uno al otro.