Tommy Abbott era un hombre impulsivo y aventurero. Había viajado mucho y había experimentado diferentes culturas y costumbres. Era un apasionado de la fotografía y había capturado en imágenes algunos de los lugares más sorprendentes del mundo.
Aunque era una persona solitaria, Tommy tenía un don para conectarse con la gente. Siempre estaba dispuesto a escuchar y apoyar a aquellos que lo necesitaban. Había ayudado a crear una organización benéfica para ayudar a los niños necesitados y se comprometía con su trabajo como voluntario en la comunidad.
Tommy también era un amante de la naturaleza y cada vez que podía, pasaba tiempo en la montaña explorando, acampando y practicando su escalada. Había sobrevivido a varios accidentes y situaciones peligrosas, que lo habían dejado aún más decidido a llevar una vida intensa y aventurera.
A pesar de su carácter independiente, Tommy Abbott tenía un corazón noble y un espíritu generoso. Era un verdadero ejemplo de cómo se puede vivir la vida de forma plena y auténtica.
Jerome Robbins y Tommy Abbott tuvieron una relación laboral muy estrecha en el mundo del teatro y la danza en los años 50 y 60.
Robbins era un reconocido coreógrafo y director de Broadway, conocido por sus exitosas producciones como "El rey y yo" y "West Side Story". Abbott, por su parte, era un destacado bailarín y actor que trabajó con Robbins en varias de sus producciones.
La relación entre ambos comenzó en 1951, cuando Abbott fue elegido para interpretar el papel de Bernardo en el musical West Side Story, producido y dirigido por Robbins. La coreografía de Robbins para esta obra se considera una de las más influyentes en la historia del teatro musical.
Después de West Side Story, Robbins y Abbott trabajaron juntos en otras producciones de éxito como "Gypsy" y "Funny Girl". Abbott también fue uno de los bailarines principales en la obra "Fiddler on the Roof", coreografiada por Robbins.
La colaboración entre Robbins y Abbott se mantuvo durante muchos años, y ambos se convirtieron en buenos amigos. Abbott también trabajó como asistente de dirección de Robbins en varias producciones, incluyendo el aclamado ballet "Dances at a Gathering".
En resumen, la relación entre Jerome Robbins y Tommy Abbott fue una de colaboración creativa en el mundo del teatro musical y la danza, lo que resultó en varias producciones exitosas.