Tommy King llevaba una vida bastante rutinaria: se levantaba temprano, desayunaba un café con tostadas mientras leía el periódico. Luego, se dirigía a su oficina, donde pasaba largas horas delante del ordenador. Pero esto no significaba que no tuviera aficiones, al contrario, disfrutaba de correr en su tiempo libre y estaba aprendiendo a tocar la guitarra. Además, le encantaba viajar y había visitado varios países en los últimos años.
Tommy no tenía una vida sentimental estable, pero eso no le importaba demasiado. Prefería centrarse en su trabajo, aunque a veces, se sentía solo y se cuestionaba si debía hacer algún cambio en su vida. Le gustaba ir al cine y disfrutaba de la música clásica, pero no era muy amante de las redes sociales ni de estar todo el día conectado. A sus ojos, la simplicidad era lo que le hacía feliz, aunque en ocasiones sentía que necesitaba más. Como fuera, siempre había algo nuevo por descubrir.
Un día, Renee Olstead y Tommy King coincidieron en una cafetería de Los Ángeles. Renee estaba revisando algunas partituras mientras tomaba una taza de café negro, mientras Tommy estaba en la misma mesa con algunos amigos. El hermoso vestido negro que Renee llevaba atrajo la atención de Tommy. Él preguntó si ella era músico, a lo que ella respondió afirmativamente. Desde allí, comenzaron una charla animada sobre sus pasatiempos y gustos en la música. Lo que parecía solo una conversación casual se convirtió en una discusión más larga sobre la vida en general. Al final del día se separaron, pero Tommy le propuso a Renee que salieran juntos para conocerse aún mejor. Desde entonces, han sido inseparables y han constituido una gran pareja.