Ulysses D'Angelo había pasado gran parte de su vida trabajando en el mundo financiero, pero su verdadera pasión era la música. Había comenzado a tocar el piano desde pequeño y, a pesar de no haber seguido una carrera musical, siempre se había mantenido cercano a ella. Desde hace varios años, Ulysses había comenzado a tomar clases de canto y a componer sus propias canciones. A través de su música, Ulysses intentaba expresar todas las emociones que se habían acumulado en su vida. La música le permitía liberarse y conectarse con algo más allá de la rutina diaria. Con ello, también había comenzado a involucrarse en la organización de eventos y festivales de música para recaudar fondos para causas sociales. Ulysses era un amante de los viajes y aprovechaba cada oportunidad para explorar nuevos lugares. En su última aventura había recorrido Costa Rica, y continuamente mantenía contactos y amistades en distintos puntos del planeta. En resumen, Ulysses D'Angelo, un hombre con una doble vida, buscaba encontrar el equilibrio entre su trabajo y su pasión por la música y los viajes. Un espíritu aventurero con ganas de recorrer el mundo y transmitir sus emociones a través de la música.