Victor Rothschild nació en Londres en 1910, en el seno de una familia adinerada y famosa. Estudió en Cambridge donde se graduó en ciencias naturales y después obtuvo un doctorado en bioquímica.
Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó para los servicios de inteligencia británicos y colaboró en la creación de la sección de criptografía. Posteriormente, participó en la investigación y desarrollo de armas químicas.
Después de la guerra, trabajó en la industria química y biotecnológica, llegando a ser director de varias empresas importantes.
Rothschild también fue un importante mecenas de las artes, coleccionando arte y patrocinando artistas y museos.
Falleció en 1990 a la edad de 80 años.
Vera-Ellen (1921-1981) era una famosa actriz, bailarina y cantante estadounidense de origen alemán. Victor Rothschild (1910-1990) fue un destacado científico y espía británico de origen judío, miembro de la familia Rothschild, una de las más poderosas e influyentes del mundo.
La relación entre ambos comenzó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Rothschild trabajaba para el Servicio de Inteligencia Británico (MI5) y Vera-Ellen actuaba en shows para las fuerzas armadas aliadas. Rothschild, que había sido reclutado por el MI5 por su habilidad en la criptografía y en el manejo de información clave, quedó impresionado por las habilidades de Vera-Ellen como bailarina y coreógrafa, y pronto comenzaron a colaborar en misiones secretas encubiertas.
A través de su trabajo juntos, Vera-Ellen y Rothschild desarrollaron una fuerte amistad y un gran respeto mutuo. Rothschild incluso llegó a presentarle a Vera-Ellen a su círculo social de la alta sociedad británica, presentándola como su amiga personal y colaboradora de inteligencia.
En la década de 1950, Vera-Ellen se retiró del mundo del espectáculo para dedicarse a su familia y a su vida personal. Rothschild, por otro lado, continuó trabajando para el MI5 y luego para el MI6, jugando un papel clave en la lucha contra el comunismo y el espionaje soviético.
Aunque su relación tuvo su origen en una colaboración profesional, Vera-Ellen y Rothschild mantuvieron contacto a lo largo de los años, intercambiando cartas y llamadas telefónicas. Su amistad fue una muestra de cómo la guerra y el trabajo en la inteligencia podían unir a personas de diferentes culturas y orígenes, compartiendo un objetivo común y un profundo respeto por el valor de la información y la comunicación efectiva.