Wade O'Hara era un hombre exitoso en los negocios. Había creado su propia empresa de tecnología y había logrado expandirla a nivel internacional, convirtiéndose en un referente del sector. Pero detrás de su éxito había un precio que pagar: largas jornadas de trabajo, estrés constante y una vida personal descuidada.
Sin embargo, había algo que le daba equilibrio a su vida: el arte. Wade era un apasionado de la pintura y la escultura, y siempre que su agenda se lo permitía, se adentraba en su estudio para crear nuevas obras. Incluso había organizado exposiciones de arte en su empresa para fomentar la creatividad entre sus empleados.
Pero su mayor satisfacción era su familia. A pesar de que su trabajo lo mantenía ocupado, siempre procuraba pasar tiempo de calidad con su esposa e hijos, a quienes apoyaba y alentaba en todas sus actividades. Era un padre amoroso y un esposo fiel y comprometido.
En resumen, Wade O'Hara era un hombre de negocios exitoso, un artista apasionado y una persona que valoraba por encima de todo su familia y su tiempo libre.
Anne Fogarty fue una diseñadora de moda estadounidense que comenzó su carrera en la década de 1940. A mediados de los años 50, se asoció con Wade O'Hara, un renombrado empresario de Nueva York que se convirtió en su esposo y el principal socio comercial de su marca. Juntos, crearon una de las marcas de moda más reconocidas en la década de 1950, especializándose en ropa formal.
La marca Anne Fogarty se hizo famosa por su estilo "juvenile" que incluía vestidos con faldas amplias, cinturas estrechas y faldas acampanadas. Los diseños de Fogarty eran muy populares en el mundo de la moda de la época y se usaban ampliamente por las mujeres acaudaladas y famosas de la época.
O'Hara fue un empresario experimentado y su habilidad para comercializar la marca y expandir el negocio fue clave para su éxito. La pareja se mudó a París para pasar más tiempo en el centro de la moda y establecer una presencia europea para la marca, haciéndose un nombre en la moda internacional.
Después de la década de 1960, la moda dejó de ser favorable hacia los estilos de Fogarty y su marca fue en declive. Sin embargo, la diseñadora continuó trabajando en la industria hasta su muerte en 1980. Actualmente, los diseños de Fogarty son muy valorados por coleccionistas de moda y sus diseños son considerados iconos de la moda americana de la década de 1950.