Walter Morse Rummel fue un pianista y compositor nacido en Indiana en 1887 y fallecido en California en 1953. Desde muy temprana edad mostró un gran talento musical y comenzó a estudiar piano con su madre y posteriormente con importantes maestros en Estados Unidos y Europa.
En 1912 debutó como concertista en Nueva York y el éxito de su interpretación del Concierto para Piano de Tchaikovsky lo llevó a una serie de giras por Europa y Asia. Durante la Primera Guerra Mundial, Rummel fue corresponsal de guerra para el periódico Chicago Herald Examiner.
En 1921 regresó a Estados Unidos y se instaló en California, donde se dedicó a la composición y al trabajo de estudio. Compuso varias obras para piano y también colaboró en la creación de bandas sonoras para películas de Hollywood.
Además de su carrera como músico, Rummel era un gran amante del arte y coleccionaba objets d'art de todo el mundo. También era un gran defensor de los derechos de los animales y dedicó gran parte de su tiempo y recursos a la protección de las especies en peligro de extinción.
Walter Morse Rummel falleció en 1953 en California, dejando tras de sí un legado musical y humanitario muy importante.
Isadora Duncan y Walter Morse Rummel tuvieron una relación muy cercana y significativa. Rummel era un pianista y compositor estadounidense que conoció a Duncan en 1904 en Alemania, donde ella había sido invitada a bailar. Desde entonces, Rummel se convirtió en el pianista principal de Duncan, acompañándola en muchas de sus presentaciones y ayudándola a crear su propio estilo de danza.
La relación entre Duncan y Rummel era mucho más que una simple colaboración artística. Se cree que los dos estuvieron involucrados románticamente y se nota en muchas de las cartas que se escribieron el uno al otro. Duncan solía llamar a Rummel "mi amor" y "mi musa", mientras que él la apodaba "la encarnación de la danza".
A pesar de que Rummel era homosexual, su relación con Duncan fue profunda y duradera. En sus escritos, Duncan a menudo expresa su amor hacia Rummel y su gratitud por su ayuda durante su carrera. Su relación se mantuvo hasta la muerte de Duncan en 1927.
En resumen, la relación entre Isadora Duncan y Walter Morse Rummel fue tanto amorosa como profesional, y se mantuvo estrecha y significativa a lo largo de muchos años. Sus contribuciones mutuas a la danza y la música han dejado un legado importante en la historia del arte.