William Campbell nació en Irlanda en 1930 y estudió en la Universidad de Trinity College en Dublín, donde se graduó de química en 1952. En 1954, comenzó su doctorado en la Universidad de Oxford con el profesor Derek Barton, y luego se trasladó al Instituto de Tecnología de Massachusetts para completar su formación posdoctoral.
En 1957, Campbell se unió a la empresa Merck & Co. en Nueva Jersey, donde trabajó durante más de tres décadas en el desarrollo de nuevos fármacos para tratar diversas enfermedades parasitarias y parasitoides en animales y humanos. En 1987, se retiró de Merck como director de investigación.
A lo largo de su carrera, Campbell ha realizado importantes contribuciones a la química médica y la parasitología, y ha sido galardonado con numerosos premios y honores. En 2015, recibió el Premio Nobel de Medicina junto con Satoshi Ōmura y Youyou Tu por su trabajo en el desarrollo de nuevos fármacos para tratar infecciones parasitarias, como la enfermedad del sueño y la malaria.
Barbara Bricker y William Campbell son dos científicos que recibieron el Premio Nobel de Medicina en 2015 por su trabajo en el desarrollo de un fármaco para combatir la infección por gusanos parásitos.
La investigación comenzó en la década de 1970, cuando ambos trabajaban en la Universidad de Wisconsin en Madison, Estados Unidos. Descubrieron que una sustancia llamada avermectina, producida por un microbio en el suelo, podía matar gusanos parásitos en animales y humanos.
Luego, Campbell desarrolló un derivado de la avermectina, llamado ivermectina, que resultó ser altamente efectivo contra varias enfermedades parasitarias, incluyendo la oncocercosis, también conocida como ceguera de los ríos. Gracias a su trabajo, se ha podido erradicar esta enfermedad en varias partes del mundo.
Barbara Bricker y William Campbell trabajaron juntos durante muchos años, y su colaboración fue fundamental para el desarrollo de la ivermectina. Su investigación ha salvado millones de vidas en todo el mundo y ha tenido un gran impacto en la lucha contra las enfermedades parasitarias.
La relación entre Linda Cristal y William Campbell fue una de las más publicitadas de la década de 1960 en Hollywood. Cristal y Campbell se conocieron en el set de la película "El hijo de Espartaco" y comenzaron una relación amorosa poco después.
Sin embargo, su relación estuvo plagada de problemas y conflictos. Se dice que Campbell era un hombre temperamental y celoso, lo que causó muchos problemas en su relación con Cristal. A pesar de los problemas, la pareja se casó en 1962 y tuvo un hijo juntos.
Aunque su matrimonio duró unos años, finalmente terminó en divorcio en 1966. Cristal y Campbell siguieron siendo amigos cercanos y trabajaron juntos en varias películas después de su divorcio.
Aunque su relación podría haber sido tormentosa en ocasiones, Linda Cristal y William Campbell dejaron una huella imborrable en la historia de Hollywood y siguen siendo recordados por su romance y películas icónicas en la década de 1960.
Judith Exner y William Campbell tuvieron una relación amorosa en la década de 1960 que fue muy publicitada debido al posible vínculo de Exner con el presidente John F. Kennedy y la mafia.
Exner afirmó en su libro de memorias que conoció a Campbell en 1960 y que comenzaron una relación amorosa poco después. Según ella, Campbell era un empresario con fuertes lazos con la mafia y que trabajaba como intermediario entre la organización y la CIA. Exner también dijo que presentó a Campbell a Kennedy en 1960 y que ambos hombres se hicieron muy amigos.
Exner afirmó que ella misma se convirtió en un enlace entre la mafia y Kennedy, actuando como mensajera entre los dos. También afirmó que Kennedy le pidió que se reuniera con Campbell en varias ocasiones en los años 60 para discutir asuntos relacionados con la seguridad nacional.
La relación entre Exner y Campbell fue confirmada por documentos desclasificados de la CIA en la década de 1990. Estos documentos confirman que Campbell fue utilizado como intermediario por la CIA para realizar acciones encubiertas en Cuba y otros lugares. También revelan que Campbell conocía a Kennedy, aunque no se sabe si eran amigos cercanos.
Exner murió en 1999 y Campbell falleció en 2011. La relación entre los dos sigue siendo objeto de controversia y especulación, pero es considerada una pieza importante de la historia política y de la mafia en los Estados Unidos en los años 60.
Judith Campbell Exner fue una mujer que mantuvo relaciones amorosas con varios hombres poderosos y famosos de la época, incluyendo al presidente John F. Kennedy, al mafioso Sam Giancana y al agente de la CIA William Campbell.
Campbell y Exner se conocieron en 1950 cuando ella era una joven aspirante a actriz y él un teniente de la Marina. Comenzaron una relación que duró varios años, pero terminó cuando Campbell fue enviado a Corea.
Sin embargo, se reencontraron en la década de 1960 cuando Exner trabajaba como intermediaria entre la CIA y Giancana en un plan para derrocar al líder cubano Fidel Castro. Durante ese tiempo, también mantuvo relaciones amorosas con Kennedy.
La relación entre Exner y Campbell nunca fue pública. Según Exner, ella mantuvo en secreto su relación con Campbell porque ella no quería implicarlo en la trama de la CIA y Giancana.
En 1975, Exner testificó ante el Comité Selecto del Senado sobre Inteligencia que había sido amante tanto de Kennedy como de Giancana. También admitió su relación con Campbell, pero negó que hubiera sido parte de su trabajo para la CIA.
Campbell, por su parte, nunca habló públicamente sobre su relación con Exner, pero se sabe que recibió fondos de la CIA para financiar su negocio de importación y exportación.
En resumen, la relación entre Judith Campbell Exner y William Campbell fue una atractiva para compartir información y ayuda financiera, pero también se mantuvieron relaciones amorosas con otras personas en su pasado.
Susan y William se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad. Susan estaba allí tomando un café y William entró en busca de un lugar tranquilo para leer un libro. Cuando se sentó al lado de Susan, ella accidentalmente le derramó un poco de café encima. Rápidamente se disculpó y ofreció pagar por su camisa. William, siendo amable, la tranquilizó y le dijo que estaba bien y que no se preocupara. Hablaron un poco más y descubrieron que tenían muchos intereses comunes, especialmente en literatura y arte. Intercambiaron números de teléfono y comenzaron a salir juntos desde entonces. Fue un encuentro casual y bastante torpe, pero que resultó en una maravillosa amistad y amor duradero.