William Symons nació en 1845 en Cornwall, Inglaterra. Era uno de los doce hijos de una familia de mineros. Desde joven, Symons mostró habilidades y comprensión en el campo de la química. A pesar de las dificultades financieras de su familia, su madre lo alentó a perseguir sus intereses científicos.
Después de dejar la escuela a los 12 años, Symons comenzó a trabajar en una fábrica de vidrio local. A los 21 años, fue contratado por el químico y científico de la física experimental Josiah P. Cooke como asistente de laboratorio en la Universidad de Harvard.
Symons se dedicó principalmente a la investigación y análisis de la composición química de los minerales y muestras de roca. A lo largo de su carrera, llevó a cabo varias expediciones para recolectar muestras de roca y minerales en lugares como México, Sudamérica y Europa.
Symons también se convirtió en profesor asociado de química en la Universidad de Harvard, donde impartió cursos sobre mineralogía y análisis químico. Fue el autor de numerosos artículos y publicaciones científicas en revistas especializadas.
En 1882, se trasladó a Colorado y se convirtió en el profesor y jefe del departamento de química de la Universidad de Colorado en Boulder. Durante su tiempo allí, ayudó a establecer la Escuela de Minas de Colorado y sentó las bases para la investigación geológica en la zona.
Symons es recordado como un pionero en la investigación mineralógica y geológica en los Estados Unidos y sus contribuciones fueron fundamentales para nuestra comprensión de la composición química de las rocas y minerales.
En un evento de caridad en Los Ángeles, Vikki-Dougan y William Symons-I coincidieron en la misma mesa. Al principio, apenas se dirigieron la palabra, pero a medida que pasaba la noche empezaron a sentir una conexión especial.
Cuando el baile comenzó, William se animó a pedirle a Vikki que bailara con él. Ella aceptó, y durante los siguientes minutos sintieron una atracción entre ellos que les hizo olvidar todo lo demás.
Desde ese día, decidieron seguir viéndose y conocerse mejor. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y que, a pesar de venir de mundos diferentes, compartían una visión de la vida y del amor que les unió todavía más.
Hoy en día, Vikki y William son una de las parejas más admiradas y respetadas de Hollywood, y siguen demostrando que el amor verdadero siempre encuentra el camino para unir a las personas correctas.