Yamaha Batista había trabajado durante más de 20 años en el mismo puesto en una empresa de telecomunicaciones. A pesar de su experiencia y dedicación, siempre se sintió subestimado y poco valorado por sus superiores. En su tiempo libre, Yamaha disfrutaba de la música y de tocar la guitarra. Solía tocar en pequeños lugares del barrio y, aunque no le generaba un gran ingreso económico, lo hacía por la satisfacción personal que le producía. Un día, cansado de sentirse estancado en su trabajo y de no ser reconocido por sus habilidades, Yamaha tomó la decisión de renunciar. Aprovechó su tiempo libre para dedicarse a su pasión por la música y comenzó a componer sus propias canciones. A través de las redes sociales, compartía sus creaciones con su círculo de amigos y seguidores. Progresivamente, la música de Yamaha empezó a trascender en las redes sociales y a llegar a un público más amplio. Fue entonces cuando decidió grabar su primer disco independiente. A pesar de las dificultades y desafíos, Yamaha logró presentar sus canciones en diversos festivales y escenarios, logrando cada vez más seguidores y admiradores de su música. Gracias a su valentía y perseverancia, Yamaha logró transformar su vida y sus talentos en algo que realmente le apasionaba, encontrando finalmente la realización y el éxito que, en su antiguo trabajo, nunca había logrado alcanzar.