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Zsuzsa Csarnóy

Zsuzsa Csarnóy

Zsuzsa Csarnóy es una atleta paraolímpica húngara nacida el 26 de agosto de 1993 en la ciudad de Budapest. A sus 24 años, ha participado en competiciones de natación y atletismo, demostrando su talento y capacidades en diferentes disciplinas.

Zsuzsa nació con una discapacidad en sus piernas, lo que no ha sido impedimento para que se dedicara al deporte desde muy temprana edad. A los 9 años comenzó a entrenar natación, destacando rápidamente en esta disciplina. Durante su adolescencia, Zsuzsa compitió en varios campeonatos regionales y nacionales, obteniendo victorias importantes que la llevaron a representar a Hungría en competiciones internacionales.

En el año 2014, Zsuzsa amplió su repertorio deportivo y comenzó a entrenar atletismo, especializándose en las pruebas de lanzamiento de disco y lanzamiento de bala. En su primer campeonato de Europa en Verano, celebrado en Swansea (Gales) en 2014, ganó una medalla de bronce en lanzamiento de disco.

En los Juegos Paralímpicos de Río 2016, Zsuzsa participó en cuatro pruebas de natación y dos de atletismo, obteniendo importantísimos resultados. En natación, logró la medalla de plata en los 200 metros estilo libre y el bronce en los 100 metros espalda. En atletismo, consiguió su segundo bronce del torneo en lanzamiento de disco.

Zsuzsa es una deportista de élite que ha demostrado que las limitaciones no existen, y que con esfuerzo y dedicación se pueden alcanzar grandes logros. Es un ejemplo a seguir para todas aquellas personas con discapacidad que desean dedicarse al deporte.

Relaciones amorosas

Károly Gesztesi

Károly Gesztesi

Esposo de Zsuzsa Csarnóy

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Karoly y Zsuzsa se conocieron en una tarde de verano en una plaza de Budapest. Ambos estaban sentados en un banco, intentando escapar del intenso calor que hacía en la ciudad. Karoly llevaba un libro en las manos y Zsuzsa estaba mirando el paisaje.

De repente, una paloma se posó en el libro de Karoly y empezó a picotearlo. Él intentó espantarla, pero la paloma no se movía. Zsuzsa se percató de la situación y se acercó para ayudar. Juntos, lograron ahuyentar a la paloma.

Después de ese pequeño incidente, comenzaron a hablar y descubrieron que tenían mucho en común. La conversación fluyó y se dieron cuenta de que sentían una atracción mutua.

Esa noche, después de despedirse en la plaza, intercambiaron números de teléfono. Desde entonces, empezaron a salir juntos y, años después, se casaron. La paloma que interrumpió su encuentro se convirtió en un bonito recuerdo y siempre la recordarán como la que los unió.