Elena Văcărescu nació en Bucarest, Rumania, en 1864. Era la hija de un príncipe rumano y una dama francesa. Desde joven, mostró un gran interés por la literatura y las artes.
En 1880, se trasladó a París para estudiar literatura y música. Allí conoció a muchos escritores y artistas, incluyendo a Marcel Proust y Auguste Rodin. También estableció amistad con Sarah Bernhardt, una famosa actriz.
Elena comenzó a escribir poesía y publicó su primer libro en 1893. Su poesía se caracterizó por su estilo romántico y su habilidad para capturar la belleza y la emoción.
En 1906, Elena se enamoró de la princesa Marthe Bibesco, con quien mantuvo una relación amorosa durante muchos años. La pareja viajó por Europa y se codeó con la alta sociedad.
Elena Văcărescu murió en París en 1947, a los 82 años. Fue recordada por su poesía y su contribución al mundo literario. Además, fue una de las primeras personalidades públicas en declarar su homosexualidad en una época en que era considerado un tabú.
Elena Văcărescu era una poetisa rumana que tuvo una relación sentimental con el rey Ferdinand I de Rumania, quien era miembro de la familia real rumana. La relación entre ambos comenzó en 1893, cuando Elena era una joven de 20 años y Ferdinand era aún príncipe heredero.
A pesar de que la relación entre ambos fue larga y duradera, nunca pudieron casarse debido a las estrictas leyes de la familia real rumana. Sin embargo, Ferdinand mantuvo a Elena como su amante durante toda su vida, incluso después de que se convirtió en rey de Rumania en 1914.
Elena fue una figura importante en la vida de Ferdinand, y se convirtió en su consejera y confidente. Además, su relación inspiró gran parte de la poesía de Elena, quien dedicó gran parte de sus escritos al rey.
El romance entre Elena y Ferdinand finalizó en 1921, cuando el rey se enamoró de la princesa María de Edimburgo y se casó con ella. A pesar de que la relación terminó, Elena y Ferdinand mantuvieron una amistad estrecha durante el resto de sus vidas. Ambos fallecieron en la década de 1930.
Ferdinand de Rumania y Elena Petrescu se conocieron en 1916, durante la Primera Guerra Mundial. En ese entonces, Ferdinand estaba casado con la Reina Maria de Rumania, pero la pareja tenía una relación poco feliz y distante.
Elena Petrescu era una mujer joven y hermosa, con una personalidad vibrante y extrovertida. Fue contratada como enfermera por el Ejército rumano y asignada al hospital militar donde se encontraba Ferdinand, quien había sido nombrado comandante en jefe.
Se dice que la química entre los dos fue instantánea y pronto comenzaron una aventura amorosa en secreto. Se sabe que Ferdinand le escribió a Elena numerosas cartas de amor, en las que expresaba sus sentimientos hacia ella.
Después de la guerra, Ferdinand regresó a Rumania y siguió adelante con su vida matrimonial, aunque la relación con Maria seguía siendo tensa y distante. Sin embargo, se cree que mantuvo su relación con Elena en secreto durante varios años.
En 1925, Ferdinand cayó enfermo y su estado de salud empeoró rápidamente. Durante sus últimos días, Elena fue vista a su lado y se dice que fue ella quien lo cuidó hasta el final.
Después de la muerte de Ferdinand, se descubrió una serie de cartas de amor de Elena, que habían sido escondidas en una caja de seguridad. Sin embargo, la relación entre los dos sigue siendo objeto de controversia y especulación, ya que nunca se ha confirmado oficialmente si hubo un matrimonio secreto o si simplemente era una aventura amorosa.
King Ferdinand of Romania y Elena Văcărescu mantuvieron una relación amorosa durante más de 20 años.
Elena Văcărescu era una poeta y diplomática rumana, 29 años menor que el rey. Conoció a Ferdinand en 1893, cuando era la hija de 18 años de un importante empresario rumano y él era todavía príncipe heredero.
Se enamoraron profundamente, pero la relación fue complicada ya que Ferdinand estaba casado con la reina Marie de Rumania y tenía varios hijos con ella. A pesar de esto, Ferdinand y Elena mantuvieron una relación clandestina durante muchos años.
La relación se mantuvo en secreto durante mucho tiempo, pero en 1916 se rompió el escándalo cuando se encontraron cartas de Elena a Ferdinand y viceversa, que revelaban su amorío. Esto causó un gran escándalo en Rumania y en las cortes reales de Europa.
A pesar de la oposición, Elena permaneció al lado de Ferdinand durante toda su vida y fue su compañera constante hasta su muerte en 1927. Ferdinand le había concedido muchos honores durante su vida, incluyendo la Orden de la Corona de Rumania en 1910.
Después de la muerte de Ferdinand, Elena se retiró de la vida pública y se dedicó a escribir y publicar poesía. Murió en 1947 y fue enterrada al lado de Ferdinand en la Catedral de Curtea de Argeș en Rumania.