La Princesa Isabelle de Orleans nació en París en 1878. Era la hija menor del príncipe Felipe de Orleans, Conde de París y de su esposa, la princesa María Isabel de Orleans. Fue bautizada con el nombre de María Isabel Amalia de Orleans.
La Princesa Isabelle recibió educación en el colegio de monjas de la Sagrada Familia en Le Mans. En 1895, a los 17 años, se casó con el príncipe Jean D'Orléans, duque de Guise, su primo. La pareja tuvo dos hijos, el príncipe Juan de Orleans y el príncipe Eudes de Orleans.
Durante la Primera Guerra Mundial, la Princesa Isabelle trabajó en la Cruz Roja Francesa. También estuvo activa en la política francesa como miembro del Partido Socialista Francés.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la Princesa Isabelle quedó viuda y se retiró de la vida pública. Murió en el Castillo de Larache en 1961, a los 83 años de edad.
Prince Jean, el duque de Guise, y la princesa Isabelle de Orleans estuvieron casados durante más de 50 años, hasta la muerte de Jean en 1999. Se conocieron en la década de 1940 cuando Isabelle tenía solo 17 años y Jean, un príncipe francés, tenía 24. Se enamoraron y se casaron en 1947.
Isabelle era la hija del príncipe Henri de Orleans, conde de París, jefe de la Casa de Orleans, y pretendiente al trono de Francia. Jean era miembro de la Casa de Guise, una de las familias nobles más antiguas de Francia, que desempeñó un papel importante en la historia del país.
La pareja tuvo once hijos, incluyendo a los gemelos Francois y Henri, que nacieron en 1957. Isabelle y Jean se convirtieron en muy populares en Francia, y participaron en numerosos eventos públicos y reales en todo el país.
A lo largo de su vida juntos, Jean y Isabelle dedicaron mucho tiempo y esfuerzo a obras benéficas y caritativas. Jean fue nombrado caballero de la Legión de Honor por su trabajo en esta área.
Desafortunadamente, Isabelle murió en 2003, cuatro años después que su esposo. Fueron enterrados juntos en la capilla de la Casa de Orleans en Dreux, una ciudad en la región de Île-de-France, al norte de París.
La relación de Jean y Isabelle era conocida por ser muy sólida, y la pareja se mantuvo unida a pesar de los desafíos y las presiones de sus posiciones en la nobleza francesa. Su amor y dedicación el uno al otro, así como su servicio a Francia, los hicieron una de las parejas más queridas y respetadas del país durante muchas décadas.