Ginger Rogers y Alfred G. Vanderbilt tuvieron una relación sentimental en la década de 1930. Vanderbilt era un multimillonario heredero de la familia Vanderbilt, dueña de ferrocarriles y empresas navieras, mientras que Rogers era una famosa actriz de cine y bailarina. Se dice que la pareja se conoció en una fiesta en Hollywood en 1932 y comenzaron a salir poco después. Aunque Vanderbilt estaba casado en ese momento, eso no impidió que la relación se desarrollara; de hecho, la prensa de la época se hizo eco del romance. La relación de Rogers y Vanderbilt se mantuvo en secreto durante algún tiempo, pero eventualmente se hizo pública. Sin embargo, según los informes, a medida que pasaba el tiempo, la pareja comenzó a tener problemas debido a las diferencias en sus personalidades y estilos de vida. Vanderbilt era un hombre rico y sofisticado que disfrutaba de las carreras de caballos y otros deportes, mientras que Rogers era una mujer independiente y trabajadora que estaba enfocada en su carrera en Hollywood. A pesar de sus problemas, Rogers y Vanderbilt siguieron saliendo durante varios años antes de finalmente separarse. Aunque la pareja nunca se casó, su romance sigue siendo parte de la historia del cine y la cultura pop de los Estados Unidos.