Keanu Reeves y Jennifer Syme estuvieron en una relación durante varios años en la década de 1990. Syme era una joven actriz y asistente de producción, y se dice que ella y Reeves se conocieron en una fiesta en Hollywood. La pareja estaba muy enamorada y en 1999, Jennifer quedó embarazada de su hijo, a quien llamaron Ava Archer Syme-Reeves. Sin embargo, a los ocho meses de embarazo, Ava nació muerta. La trágica pérdida afectó profundamente a la pareja, y en los meses siguientes, su relación se tornó tensa y en ocasiones se distanciaron. En abril de 2001, Jennifer falleció en un accidente automovilístico. Reeves estaba devastado por la pérdida de su amada, y se dice que la tragedia lo mantuvo alejado de los proyectos cinematográficos durante algún tiempo. Desde entonces, Reeves ha evitado hablar públicamente sobre su relación con Syme y la muerte de su hija, prefiriendo mantener su vida personal en privado.