Roberta Robinson siempre ha sido una persona apasionada por la vida y por los desafíos que ésta le presenta. Desde muy joven, se destacó por su capacidad de liderazgo y por su creatividad, lo que la llevó a desarrollar una carrera exitosa en el mundo de los negocios. A lo largo de los años, ha construido una empresa que hoy es reconocida a nivel nacional e internacional.
A pesar de su éxito empresarial, Roberta siempre ha sabido encontrar un equilibrio entre su vida laboral y su vida personal. Es una persona muy cercana a su familia y amigos, y ha dedicado tiempo y recursos a diversas causas benéficas que le apasionan.
En su tiempo libre, Roberta disfruta de la lectura y la música, y es una apasionada de los deportes al aire libre. Suele viajar con frecuencia, y considera que conocer otras culturas y formas de vida es esencial para enriquecer su perspectiva sobre el mundo.
En resumen, Roberta Robinson es una persona que ha logrado mucho en su carrera, pero que al mismo tiempo ha sabido mantener una vida equilibrada y plena fuera del ámbito laboral. Su pasión por la vida y su capacidad de adaptación son dos de las cualidades que la han llevado al éxito en todos los ámbitos de su vida.
George Gershwin y Roberta Robinson tuvieron una relación sentimental a principios de la década de 1920. Robinson fue una cantante de jazz y actriz que trabajó en Broadway. Los dos se conocieron cuando Gershwin escribió la música para una obra llamada "Sweet Little Devil", en la que Robinson tenía un papel principal.
La relación entre Gershwin y Robinson fue breve y tumultuosa. Gershwin estaba profundamente enamorado de ella, y sus amigos decían que se comportaba como un "adolescente enamorado". Robinson, por su parte, disfrutaba de la atención que recibía de Gershwin, pero no estaba interesada en una relación seria con él.
La relación llegó a su fin cuando Gershwin se enteró de que Robinson se había comprometido con otro hombre. Aunque Gershwin quedó devastado, mantuvo una relación amistosa con Robinson y continuó trabajando con ella en producciones teatrales.
A pesar de su breve romance, la influencia de Robinson en la música de Gershwin fue significativa. Se dice que la canción "Someone to Watch Over Me" fue escrita para ella, y muchos de los arreglos musicales que Gershwin escribió para Robinson son considerados algunos de sus mejores trabajos.