Elisabeth Helene von Vieregg fue una noble alemana que se convirtió en la amante del rey Federico IV de Dinamarca a principios del siglo XVIII. La pareja tuvo una relación larga y tumultuosa que duró más de 20 años. Se cree que Elisabeth Helene von Vieregg conoció al rey Federico IV durante una visita a Alemania en 1704. A partir de entonces se convirtió en su amante y se trasladó con él a Dinamarca. La relación no fue bien vista por la corte danesa, ya que ella no era de origen noble y se rumoreaba que había sido una prostituta. A pesar de esto, Federico IV amaba a Elisabeth y le concedió muchos favores y privilegios, incluyendo una casa en Copenhague y una renta anual. También le dio varios títulos nobiliarios, incluyendo el de baronesa de Juel, aunque estos títulos no eran reconocidos fuera de Dinamarca. La relación entre Elisabeth y Federico IV no fue siempre fácil. Hubo muchos momentos de tensión y peleas entre ellos, y Elisabeth también tuvo otras relaciones amorosas durante su tiempo como amante del rey. Sin embargo, ellos todavía se escribían cartas de amor y mantuvieron su relación hasta la muerte del rey en 1730. A pesar de su larga relación, Federico nunca se casó con Elisabeth Helene von Vieregg y no está claro si tuvieron hijos juntos. Su historia de amor sigue siendo un tema de interés para los historiadores y ha sido retratada en varias obras literarias y televisivas.