Mathilde Bonaparte nació en Trieste, Italia en 1820. Fue la hija de Lucien Bonaparte y de su segunda esposa, Alexandrine de Bleschamp. Su tío era el Emperador Napoleón I. Mathilde creció en una familia de la nobleza francesa y se convirtió en una mujer muy educada y culta. A los 16 años se casó con el príncipe Anatole Demidoff, pero el matrimonio acabó en divorcio debido a las infidelidades de su marido. En 1841, Mathilde se casó con el conde Florestan de Monaco, pero también acabó en divorcio. A pesar de esto, mantuvo el título de Princesa de Monaco. Mathilde se convirtió en una figura muy influyente en la sociedad francesa y era conocida por sus fiestas y su generosidad. Fue una gran mecenas de las artes y la literatura, y también apoyó a los exiliados políticos italianos. En 1860, se casó por tercera vez con el príncipe ruso Anatoli Demidoff, pero el matrimonio también fracasó y acabó en divorcio. Mathilde murió en París en 1904, dejando una gran colección de arte y literatura, así como su gran legado como una de las mujeres más influyentes de la época.